lunes, 10 de junio de 2013

Circulos de Mujeres


Cuando las mujeres nos sentamos en círculo en el piso, venerando a nuestra energía sagrada femenina, a nuestros ovarios de donde emana la vida y nuestro vientre donde habita la vida, juntas mujeres uterinas, felinas femeninas sentadas en el gran útero de la madre tierra, Mujeres hechas de tierra conectadas con la Tierra, nos conectamos con Tonantzin Nuestra venerable Madre, rindiendo culto y tributo a nuestra esencia divina, donde juntas creamos y co creamos en amor, en unión, en alegría, en paz y en armonía, reconociendo nuestra Tierra, nuestro origen, nuestros ancestros y bendiciendo a nuestra descendencia presente y futura, aprendemos a compartir, a fluir con nuestros ciclos y con la vida, a abrazarnos como hermanas, como madres, como hijas, aprendemos a cantar y arrullar a la bebé doncella, a comprender y reir con las ocurrencias de la doncella adolescente, a ser empáticas con las mujeres menstruantes representando con nuestra sangre a la esencia de la madre y a respetar y escuchar de la sabiduría de las abuelas, todo en un ambiente de autoconocimiento, auto sanación, paciencia, equidad, tolerancia, respeto, unidad y humildad.

Al centro del circulo una olla de barro con una vela encendida al centro que nos invita a reflexionar sobre el todas somos una, un mismo Útero, una misma energía, donde se condensa el amor, la pasión, la empatía, la felicidad y la plenitud de ser mujer, esa luz dual hombre/mujer de la vela que es nuestro espíritu sagrado femenino que danza desde el útero sobre el gran útero de Gaia, y que representa también a la energía del sagrado masculino penetrando y sembrando la luz divina en el vientre de la mujer con esa chispa divina en el sublime acto de hacer el amor y gestar vida. Es ahí donde radica el misterio de los círculos de mujeres el aprender a trabajar en unión, con paciencia y amor descubrir toda la fortaleza y el poder que poseemos pero no para estar por arriba del hombre si no para juntos conectar el fuego sagrado en el útero divino y juntos sanar, por que cuando las mujeres sanan, sanamos también al hombre y cuando hombre y mujer sanan…Sanan también el linaje paterno materno y sanan también a la madre Tierra en el sublime acto del amor en respeto, en libertad, en amor en complicidad.

A encender ollas de barro y conectar con nuestra esencia y con el sagrado masculino.



Oriana

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