Hay una tejedora que habita en el alma de toda mujer para enseñarle a mirar su tiempo como un gran ovillo sus dones como las agujas con las que dar formas a su vida. La tejedora del alma enseña a deshacer las zonas muertas y hacer alquimia con ellas transformándolas en abono para seguir adelante.
Por eso dicen que cuando llegas a la casa de una mujer tejedora de alma has de poner mucha atención: Si entras y te regala una pipa, un tapiz hecho con sus propias manos o un cuento en realidad te entrega hebras pedidas que no has logrado domar o que ni tan siquiera conoces, claves para despertar a la tejedora del alma que duerme dentro de ti o , incluso, mira por donde, palabras en forma de cuentos para abrirte a una nueva forma de mira. Porque lo que jamas hace ninguna anciana tejedora ninguna mujer araña es perder el tiempo.
Los cuentos que narran la historia de las mujeres tejedoras del alma nacieron para recordar a toda mujer su enorme capacidad de restaurarse a si misma, y su poder para construir el paraíso incluso en tierra baldía.
Hay un momento en la vida de cada mujer en el que suele encontrarse frente a un cruce de caminos del que nadie antes le ha hablado: De un lado el camino marcado por a educación del mundo patriarcal en el que ha crecido donde encuentra hilos inservibles para tejer con el alma la vida que tiene frente a si, patrones demasiado estrechos, telas poco maleables y escasas posibilidades de fantasía.
Al otro lado el reto de encontrar su propio hilo que casi siempre es invisible a los ojos pero no al corazón y que tiene el don de unir la herencia de las abuelas sabias con su propio camino y el de todas la mujeres.
Extracto de Cuentos para sanar el alma femenina
No hay comentarios:
Publicar un comentario